Pablo
Rompiendo la tradición de una familia de exitosos escritores, con todos ustedes, los trillizos strippers:
¡Fósforo!, si le rozas prende 😉
¡Fofito!, nunca tiene suficiente, y …
¡Fosforito!, pero… ¡¿qué es eso que le brilla en la oscuridad?!
Rompiendo la tradición de una familia de exitosos escritores, con todos ustedes, los trillizos strippers:
¡Fósforo!, si le rozas prende 😉
¡Fofito!, nunca tiene suficiente, y …
¡Fosforito!, pero… ¡¿qué es eso que le brilla en la oscuridad?!
Antes usaban fósforo. Cuando no había grafito, los escritores usaban fósforo. Eran como alquimistas. Escribir era más difícil. Eran tiempos románticos. Cada palabra contaba. Se borraban, pero no se olvidaban.
Se arrodilló frente a la estatua y amontonó cientos de libros recaudados durante la sequía. Encendió un fósforo y prendió la pila. Con suerte la diosa de los escritores se apiadaría de ellos esta vez.
-¡Albricias, albricias! – Gritó a todo pulmón. Cogió un fósforo y se prendió fuego. Los escritores, anonadados, no daban crédito a lo que veían sus ojos; tendrían que elegir otro final.
Le gusta pertenecer al grupo de escritores, pero más ser docente. Le evade de la incertidumbre y le hace reír. En los días malos se enciende cual fósforo en llamas, en los buenos, vive la felicidad.
Tanuc prendió un fósforo, encendió su cigarrillo y contempló su obra. Un nuevo universo giraba y evolucionaba ante sus ojos. Sonrió. De todos los escritores claramente él era el mejor.
“¡Maldito calentamiento global! Hace poco este bosque estaba plagado de lobos. Ellos, y mi capucha roja, me hicieron una celebrity infantil, y ahora…”
Chasqueó los dedos con fósforo, y el humo distrajo al leñador mientras le robaba.
Tú te crees la hostia. Un cazador. El lobo ibérico, cabeza de jauría. Eres un mierda. Tú y tus amigos no sois más que descerebrados. Todas las bravuconadas, sólo humo.
El humo de la hoguera no consigue abrazarlo. El aterrador frío recorre su cuerpo. La montaña alberga emociones ambiguas. Su estómago cruje. Este lobo era su amigo. Ahora, su comida
¿Por qué lloran mis ojos?
Se movía a través del humo como un lobo acechando un rebaño de ovejas. Sorteando dos hombres inconscientes por el opio vislumbró su siguiente víctima. Su nuevo martir le esperaba.
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